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Mostrando las entradas de junio, 2010

La “potencia” del estado

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I.                    La división de lo político Hasta hace poquito más de década creíamos fervientemente en aquello de que la política era una esfera relativamente separada de la praxis en su conjunto. Algo así como su culminación positiva. Aquello que re-totalizaba y ennoblecía al conjunto en superación de sí mismo. Situados en un momento aplazado de esa auto-superación, trabado por una pluralidad de injusticias y bloqueos, así como por una multiplicidad de divisiones anacrónicas que debíamos enfrentar. La política se nos aparecía como restitución/creación de un proceso de reconciliación virtuosa por alcanzar en el espacio de un antagonismo por dar contenido a una nación refundada. Todo lo cual implicaba, como mínimo, el control efectivo del estado, como el más relevante de sus dispositivos. Es decir: el manejo, al menos provisorio de la instancia del poder cristalizado. Algo sucedió, sin embargo, en nuestras cabezas adolescentes. La experiencia de un estado nacional gestionado

A propósito de la extorsión democrática

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Los demás desaparecerán y el silencio será suyo, enteramente suyo C.A.B Hoy que veo esa cara tan parecida a la de su padre y vuelvo a escuchar ese apellido y hasta se plantea como un buen recambio del actual gobierno, no puedo dejar de pensar en Alfonsín. Me había quedado grabada una nota de cuando murió, salida en esos días en la contratapa de Pagina/12. Su autora hoy es toda una heroína que, rejuvenecida y agresiva, encabeza la batalla mediática de –como se dio en llamar en este mismo blog– la Argentina de la buena onda . “…y no hay sangre en la Argentina” , se llamaba la nota y reclamaba que el imaginario colectivo que de modo mezquino (usaba la palabra “progresista” despectivamente) apenas había retenido la primera parte de la frase con la que Alfonsín había cerrado las movilizaciones y la concentración de Semana Santa, incorporara la segunda parte de la frase para hacer justicia a ese gran hombre que ahora estábamos despidiendo, (creíamos) que definitivamente: “Felices Pasc

La vida en 140 caracteres

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“ Qué bien jugó hoy Argentina. Pudieron ser cinco goles. Felicidades camarada Maradona .” Tweet enviado por Hugo Chávez luego del triunfo ante Nigeria Es uno de los tantos momentos grises, turbios de la historia argentina. Uno de esos momentos obviados –por su dramatismo- por los manuales de historia y soslayados –por su carácter íntimo, personal- por los historiadores de la Academia. Lisandro De la Torre ostentaba una rala y prolija barba; barba que no hacía sino ocultar los tres magnos cortes que el sable de su otrora compañero Don Hipólito Yrigoyen (neófito en estas artes, en contraste con la diestra y juvenil mano de Lisandro) le habían producido en ocasión de un Duelo a muerte. Eran los primero años del siglo XX y uno de los últimos retos a duelo de los que se tenga memoria: hasta el siglo anterior y desde el medioevo, había sido ésta una práctica habitual para resolver situaciones en las que el honor de alguno de los contrincantes había sido mancillado. Sin embargo, en tiempo

“Hay un cambio de etapa para los trabajadores” - Entrevista a Marcelo Fernández

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Marcelo Fernández, dirigente  sindical. Nacido en 1963, empezó su militancia a mediados de los años '80 en la planta de Quilmes. Actualmente es dirigente de la Federación Argentina de Trabajadores Cerveceros de la república Argentina (FATCA) de Luján, donde recibe a Lobo Suelto para conversar sobre la convulsionada relación entre sindicalismo y kirchnerismo. LS: ¿Cómo se sitúa una nueva generación de militantes sindicales ante el evidente cambio de circunstancias: las paritarias, la recomposición del trabajo y del mercado interno y la emergencia de un discurso oficial neodesarrollista? MF: En primer lugar hay que comprender la importancia de lo que estamos viviendo. Desde la época de la dictadura, los trabajadores hemos sufrido el peso de un modelo de desindustrialización, de destrucción del consumo interno y de apuesta sostenida a la timba financiera. Un modelo que no cerraba sin represión. Hay una continuidad entre aquellos años de persecución y la Ley Banelco de De la Rúa,

La eficacia carancha

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Vale la pena echarle un vistazo a “Carancho”, la reciente película de Pablo Trapero. La narración se centra en una Argentina cruda que actúa como doble fondo de todos los discursos e imaginarios que hay sobre el país. Como si en esa verdadera red material de prácticas (que combinan el abandono, la desidia, la corrupción, la pobreza y la ilegalidad) se tramase toda la energía (económica, productiva, social) sobre la que se apoya el país formal, discursivo y mediático. Ningún personaje de la película es nítido. Pese al gesto concesivo del director por implantar una historia romántica, de heroísmos personales y personajes taquilleros (Darín) para conquistar espectadores, o la placa que aparece al principio alertando sobre las muertes en accidentes como “flagelo social”, hay una lógica de hierro que parece invencible. Los caranchos (merodeadores de desgracias) no son perversos “tiempo completo” aunque, claro, son fagocitados incesantemente por la maquinaria carancha que exige su repro

La Argentina de la 'buena onda'

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Hasta hace no tanto, ser un tipo feliz o un pobre diablo, estar contento y con ganas de clavarte medio litro de estricnina, ser alguien que sabe disfrutar de la vida o la víctima irremediable de una existencia de mierda parecían opciones vitales más o menos restringidas al ámbito de lo “personal”, un modo íntimo de ser que no se vinculaba –al menos no directamente— con lo político. El contexto social, claro, cooperaba: no era lo mismo ser una niña que corretea desnuda entre alucinados participantes de Woodstock que otra que lo hace esquivando bombas de Napalm en Vietnam. Así y todo, era mucho más evidente cómo la política producía el (buen o mal) humor de las personas que a la inversa. La historia nos invita ahora a presenciar una vuelta de tuerca en la que esta relación se invierte: estar de buen humor, tener buena onda, decir a viva voz que atravesamos un periodo de fiesta y denunciar la mala onda de los grandes medios de comunicación es (como otrora organizarse en un sindicato

Cuestiones de anacronismo

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El 25 de mayo pensé mucho en el Tío. Toda esa gente en la calle me hicieron recordar sus hazañas. Hace tiempo ya que no lo veo. Viene poco a capital. Pero de seguro estuvo en los festejos. Y lo debe haber disfrutado de lo lindo. Voy a llamarlo para que me cuente, a ver si agrego un capítulo más a esta secuencia que ahora que lo pienso cubre una década de sorpresivas irrupciones. Porque lo cierto es que por h o por b, mientras él estuvo en todas, yo me perdí cada uno de estos tres decisivos acontecimientos.

Agasajo Bicentenario

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  El clima estaba muy tenso, se había enrarecido. Cuando todo parecía estar listo para la gran celebración, un nuevo incidente, de esos que abundan cotidianamente, parecía amenazar la fiesta. Por primera vez en estos doscientos años de historia, el Estado argentino reconocía trayectorias de lucha que no podían encuadrarse en la clásica figura del obrero peronista. En la previa del Ministerio de Desarrollo Social todo destilaba fervor. Los viejos cuadros setentistas, ahora desde sus oficinas que comandan el ministerio, habían dispuesto la escenografía y el cotillón. Dos imágenes que inspiraron a la juventud revolucionaria copaban la escena. Una gigantografía de Evita con el pelo suelto y otra con la famosa foto del Che tomando mate se situaban a cada lado del escenario. Para el evento, se contrató a la misma empresa que hace más de un año atrás había montado un escenario igualmente imponente en el monumento de los españoles, en ocasión del acto de la Mesa de Enlace contra la política

Entrevista a Laura Adalfassi

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Entrevista a Laura Adalfassi , Coronel Pringles (1973), escritora y poeta, licenciada en Historia (UBA), investiga sobre la relación entre memoria y nación. Está preparando la publicación de su primer libro de ensayos La comunidad irresuelta . Lobo Suelto entrevistó a Laura en su casa de Villa Celina; combina en su estudio fotos de Foucault y Maradona y sabe mezclar Piazzola con Damas Gratis. Igualmente alejada de los modelos de intelectuales forjados por Sarlo o Forster, Laura se le anima a las preguntas de Lobo… ­-¿Cómo viviste este Bicentenario? -Fue una fiesta como no se vivía desde los años 80 en torno a la llamada primavera democrática. Los que estuvimos en la Plaza de Mayo en la Semana Santa del 87 (yo muy pequeña, había venido con mi familia), recordamos el quiebre de un modo de ligar civilidad y política… en ese sentido el “Felices pascuas” de Alfonsín fue tremendo… El 2001, en cambio, lo viví como adulta, ya en Buenos Aires, pero se trató de una situación completament