Encuentro de prácticas educativas


La crisis de la escuela ya es un lugar común. Quisimos explotar esa idea y realmente pensar en común ese lugar que más ampliamente nombramos como prácticas educativas. Prácticas que desbordan la imagen clásica de lo pedagógico y que toman la educación como problema. Las prácticas educativas  permiten pensar la educación como concepto amplio, no restringido a un espacio ni a un saber-hacer específico, sino emergente del encuentro con un otro en que la mirada, la palabra, el gesto construyen un común transformador de lo que hay donde la escuela es un espacio posible pero no exclusivo de ese encuentro.


La premisa fue preparar algunos textos-ponencias y, luego, dejar que la presencia marque el encuentro.

Aquí algunos de los conceptos y preguntas clave que surgieron:

1)                        La gestión social: más allá de la gestión privada y de la gestión estatal.
(Comunidad Educativa Creciendo Juntos - Moreno)

Desde hace 25 años pensamos que nuestra cotidianeidad en la educación tenía que ver con un compromiso con el ámbito donde se desarrolla esta tarea, siempre rechazamos la imposición de la dureza de la escuela estatal, como así también el mercantilismo de la gestión privada, siempre quisimos ser más autónomos para decidir lo que sucedía en el ámbito en que nos movemos para lo cual permanentemente había que destituir lo instituido. Los sucesos ocurridos en el 2001/2002 nos dieron en cierta forma una razón de ser de lo que nos interesaba en educación. La gestión social se sirve de lo no-escolar como recurso fundamental. Hay puntos definidos: 1) se trabaja con docentes elegidos por la comunidad, con identidad pedagógica definida, 2) gratuidad: permite que las familias de una comunidad elijan la escuela para sus hijos no por el radio sino por su proyecto educativo, 3) se trata de estar atento a las grietas que ofrece la sociedad y muchas veces el estado no puede llegar a verlas y el trabajo autónomo permitiría hacernos cargo de dichas grietas junto a la comunidad, 4) Propiedad social, entendida como un ámbito colectivo de estar y gestionar.

2)                        Toda dificultad deviene hecho educativo (Colegio Sarmiento - Retiro).

¿Cómo alojar en una escuela de tradición elitista a alumnos que viven en la villa 31? Una escuela que de ser exclusiva mutó en excluyente, por atavismos de sus docentes, profesores y preceptores con la consecuencia de altos índices de ausentismo de los mismos. Docentes que, en su mayoría, rechazan este nuevo perfil social y cultural del alumnado actual, con poco interés en intentar conquistar a estos chicos, descreyendo en sus posibilidades y volviéndolos objeto de estigmatizaciones diversas. Alumnos que, en muchos casos, llegan a la escuela habiendo pasado por una vida de trabajo precoz, crianza autónoma, necesidad de aguzar el ingenio y la astucia para sobrevivir, falta de conversación en sus casas, malos tratos, desprecio social, falta de horizontes, consumos diversos, violencia sexual, machismo. Dos cuestiones centrales: 1) La dificultad de la gestión colectiva (que no es parte de la POF: planta orgánica funcional) en una institución estatal cuyo cuerpo docente es ideológicamente adverso a proyectos de estas características y 2) La dificultad de la escuela “alternativa” para vérselas con la cosa educativa en el plano de los vínculos, del qué y cómo enseñar, y de los encuadres y reglas de juego.

3)        ¿Cómo crear un espacio no racista ni discriminador en contraste con la experiencia escolar y barrial cotidiana?
(Escuela media Carlos Mujica - Retiro)

Nuestro taller en contra-turno se llama Caminos a la memoria y desde hace unos 5 años incluye a docentes de diferentes nacionalidades u orígenes con chicos que también tienen diversas procedencias, de diferentes pueblos y provincias del norte argentino y de otros países (sobre todo Paraguay, Perú y Bolivia). Se trata de prestar atención a los saberes que cada quien tiene en torno a cómo se arma una huerta, variedad de conocimientos sobre cocina, música, cerámica, macramé, apoyo escolar, de diferentes tejidos. Participan taller chicos de la escuela, pero también del barrio, en contraste violento con la experiencia barrial y escolar cotidiana, en donde el racismo y la discriminación se reproduce a partir de la construcción de estereotipos (sobre todo del pobre y del villero) que circula por el barrio e ingresa en la escuela. La pregunta que nos hacemos es por la interculturalidad: es decir, un trabajo de aprendizaje desde los saberes previos que todos traemos, poniendo en práctica la cosmovisión de cada pueblo, sus lenguajes e idiomas. El concepto de interculturalidad se diferencia del bilingüismo. No se trata meramente de hacer traducciones de lenguas o de introducir saberes de otros lados, sino de poner en práctica, juntos, el lenguaje y su cosmovisión. Se trata de un intento de comprendernos y aceptarnos en las diferentes culturales. El taller se desenvuelve, por lo tanto, en el nivel del hacer.

4)        ²Queremos, queremos, queremos…
(Movimiento de Colectivos – Sur del Conurbano Bonaerense)

Nuestra experiencia nace de una mezcla de necesidades, búsquedas e inquietudes comunes. En medio del torbellino neoliberal de los ’90 nos fuimos encontrando, compartiendo y resistiendo a la realidad impuesta de la desocupación. Así fuimos dando los  primeros pasos como Movimiento de Desocupados. En el andar, descubrimos que podíamos crear mundos nuevos, colectivos, comunitarios y alegres en medio de adversidades. Surgieron espacios donde poder pensarnos, como talleres de educación popular, asambleas barriales, grupos de reflexión, talleres productivos, salud comunitaria.  La vida cotidiana se nos transformó en un laboratorio político. En medio de este contexto fueron creciendo los pibes. Más de una vez los descubrimos jugando a los piquetes o  reproduciendo una asamblea. En un momento determinado, ellos también fueron planteando sus “demandas”: “Queremos tener nuestra asamblea; queremos aprender cosas, queremos hacer talleres; queremos hacer campamento; queremos, queremos, queremos…” Así surgieron diversas experiencias potentes, muy ricas y divertidas: talleres de juego, murga, títeres, artesanías (marroquinería, tallado en madera, cerámica y serigrafía), sexualidad, lectura, canto, grupos de jóvenes, teatro, campamentos. Hay algunas preguntas que nos ayudan a pensar esos espacios:1) ¿Cómo discutimos los problemas, quiénes toman las decisiones? 2) ¿El taller es un espacio abierto?  ¿Para quiénes? ¿Cuándo empieza y cuándo termina? 3) ¿Hay roles establecidos? 4) En los  talleres con pibes, ¿el/la adulto/a acompaña, coordina o enseña? 5) ¿Quién enseña, quién aprende? ¿Cómo pensamos las relaciones de poder y la jerarquización del conocimiento?

5) Más allá de la educación y el trabajo como estereotipos
(CFP 24 - La Ventana -Flores)

Educación y Trabajo son los grandes relatos estructuradores de expectativas y roles dentro de la Institución. El “Centro” (así se la llama habitualmente  a la escuela) se propone desde sus mandatos originales, organizar la cotidianeidad escolar en base a estas dos premisas indiscutidas socialmente, la educación como un conjunto de saberes anidados en un sitio, su transmisión, y la aplicación eficaz  del mismo en la supuesta “sociedad del trabajo”. Por el desbaratamiento del régimen de correspondencias (y disidencias tolerables) la educación y el trabajo se han convertido en dos grandes estereotipos que aún mueven expectativas pero pierden eficacia concreta, su centralidad no es garantía ya de los efectos que promete y colma de malestares a los que la transitamos. Desde “La Ventana”, lugar de reunión semanal que funciona en la escuela hace aproximadamente tres años,  y frente a las abruptas variaciones tanto de la actividad laboral como de la idea de educación ligada a ella nos preguntamos: ¿Cuáles son, si esto es así, los indicadores de esa mutación? ¿Qué carácter adquieren entre aquellos que buscan una capacitación laboral? ¿Qué relación pueden encontrarse entre estos cambios en el nivel imaginario y las condiciones concretas de vida y vinculares? ¿Qué nos está diciendo esta nueva especie de festival del “emprendedorismo”? ¿Qué lugar le cabe hoy a la asociatividad como estrategia de resolución laboral? ¿Qué sitio le cabe, en suma, a la educación en este panorama? Y sobre todo, ¿qué potencias se anidan en estos tiempos?

6) Preguntas para Antes, Durante y Después
(Secundarios de la toma – Ciudad de Buenos Aires)

Desde el vamos, “la toma” es una medida de lucha muy grosa y solo se la utiliza como última instancia; como en estos casos. Nuestros colegios se vienen abajo y es por la desidia por parte de los gobiernos. Por la dejadez. Nosotros, los estudiantes, salimos a luchar por lo nuestro. Pero no es, ni fue tan fácil. Para mantener esta medida, primero tenía que haber cuorum. Segundo ideas claras, saber porque tomamos, entretenimiento, paciencia, organización, cooperación, cartas, mate y guitarras. ¿Por qué tomamos? ¿Es necesario? ¿No hay otras medidas? ¿Quién lo votó? ¿Quién decidió eso? Éstas son las preguntas que solíamos encontrarnos en la toma. Antes, Durante y Después de ella.

7) La disponibilidad callejera

Pedagogía mutante (Barrilete cósmico)
Barrilete somos un grupo (colectivo? Ong? Patrulla perdida?) que desde hace 4 años más o menos, se vincula con pibes, pibas, guachines, y mamás que rondan las estaciones de José C. Paz, Sol y Verde, San Miguel y Bella Vista del FFCC San Martín. Intentaremos dar cuenta de algunos rasgos de lo que hacemos:

·        Procesos-discontinuos;
·        Praxis sin finalismos;
·        Responsabilidad no jurídica;
·        Educación sin transmisión;
·        Tiempo no lineal ni reglado (desbordado tiempo de encuentro en que pasan cosas);
·        Entrenamiento en la improvisación;
·        Solidaridad en la indefensión/despojo;
·        Afección y reconocimiento por medio de enlaces entre segmentos de tiempo intensivo, sin promesa de inclusión ni emancipación;
·        Problemas que ya no aspiran a ser resueltos sino replanteados, pero con posibilidad de replanteos incesantes,
·        Disposición al juego, a la risa y a la versatilidad;
·        Construcción de lazo sin acudir a representaciones aliadas a la cultura “seria”, e incluso, construcción de un proceso sin representación de ese mismo proceso, lo que no quiere decir para nada que ese proceso no esté repleto de pensamientos, etc. 

8) Hacernos cargo de la producción de conocimiento
Seminario colectivo de Filosofía social,  educación popular y cultura popular en la integración de Latinoamérica - Facultad de Filosofía y Letras (UBA)

Nos inquieta lo estático de nuestras cátedras, la reverencia a los saberes establecidos y su conservación como tesoros intocables, la imposibilidad de pensar fuera de estos esquemas, y de pensar el afuera, lo clausurado de nuestro ámbito, la monología de nuestros objetos de estudios, su eurocentrismo, su universalidad desterritorializada, su desafección por nuestra sociedad y sus problemas, su falta de sensibilidad.  Nos inquieta adecuarnos a esto, nos angustia nuestro límite de ser parte inevitable y nos alegra nuestro poder no serlo del todo.¿Cómo motorizar aquello que queremos?, ¿cómo hacernos cargo de la producción de conocimiento?, ¿cómo lidiar con la institución?, ¿cómo coordinar nuestras desorganizaciones personales?, ¿cómo hacer de un conjunto de individualidades un colectivo de trabajo? ¿Y la burocracia académica? ¿Y el programa a seguir? ¿Puede ser la disrupción la modalidad de un curso universitario? Puede. Hay que encontrar las grietas, y saber acomodarse a algunas reglas.  Pero acomodarse a estas reglas da lugar a otras emergencias.  Dar espacio, eso es lo que nos convoca y la razón por la cual accedemos a enmarcarnos dentro de una institución.  Porque lo que emerge nos excede, no es previsible; es aquello que nos veda la Universidad, un espacio de experiencias y procesos de autoorganización.


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