¿Puede hablarse de un derecho al racismo?
Por Taller
de coyuntura
La reunión anterior, tratando de pensar las dinámicas políticas
actuales, dimos con la idea de ultracentrismo. Esa
noción designaría menos una postura ideológica que una tendencia de las
diferentes manifestaciones y formas políticas a converger en un movimiento
centrípeto. Menos un espacio que dependa de la voluntad clara y firme de los
grupos en el poder, y más la resultante de una dinámica política que responde a
una la necesidad y a una posibilidad de articular una precaria estabilidad, un
cierto equilibrio entre una amplia diversidad de actores sociales y económicos.
Aquella dinámica centrípeta funciona, entre otras cosas, en virtud de
una amplia retórica de los derechos. Lo que nos preguntamos hoy es por una vía
más oscura de aspirar a participar de esta estructura. Por una vía abiertamente
reaccionaria que nombramos como “derecho al racismo”. ¿De qué se
trata?
En la trama social contemporánea el racismo toma especial fuerza en
ciertos momentos de conflictividad. Ejemplos muy visible: los trasladados de
los habitantes de una villa hacia a algún otro barrio; en la convivencia de no
pocas escuelas públicas de la ciudad. Llamamos ahora racismo a la operación por
la cual se traza una divisoria que distingue en las poblaciones -o territorios-
entre deseables e indeseables, propios y ajenos. En el lenguaje político actual
distingue a los vecinos (a quienes se con plenos derechos para participar de lo
público), de los usurpadores (a quienes se califica como delincuentes,
ilegales, peligrosos, narcos, villeros, etc). Los primeros serán considerados
como víctimas a proteger, y los otros como amenaza.
Para ver cómo funcionan estos mecanismos del discurso racista proponemos
reparar en la toma del Parque Indoamericano en diciembre de 2010. El
enfrentamiento que se vivió por aquellos días en Villa Soldati, lejos de ser
codificada como una guerra de pobres contra pobres (como
suelen titular los medios de comunicación), fue tratada como un enfrentamiento
entre vecinos yocupantes. Sobre todo a partir de
identificar a quienes participaron de la toma como extranjeros.
Macri habló de una “inmigración descontrolada” (responsable de delitos, del
narco, de la violencia), en el marco de una proliferación de discursos
xenófobos...