Sobre Darío Santillán y Aníbal Fernández

una aclaración necesaria


Uno, militante popular asesinado; 


el otro, funcionario de un gobierno represor: 


dos bandos enfrentados

El domingo último, Página/12 (en una muestra más de periodismo servil y rastrero),  publicó un artículo en el que (el miserable de) Martín Granovsky afirma: "Fernández conocía a Santillán personalmente. El dirigente de la agrupación Aníbal Verón coordinaba un horno de pan en medio de la hambruna de la crisis y a veces pedía ayuda en el Ministerio de Trabajo. Alguna vez Fernández lo auxilió de su bolsillo". (Alto asco). 


(ver nota: Aníbal Fernández, el record como ministro)

  

Quienes conocimos a Darío Santillán, sus familiares, sus amigxs y compañerxs de militancia, sabemos con certeza que Darío nunca tuvo relación personal con Fernández quien, por el contrario, estaban en el bando de los victimarios (o asesinos) y no de las víctimas. 

Sus vidas se cruzaron sólo en dos oportunidades: en el año 2000, durante la gobernación de Carlos Ruckauf, cuando Fernández era Ministro de Trabajo provincial y Darío asistió a una reunión después de un piquete en La Plata, como parte de una nutrida delegación de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, de la que era uno de sus referentes. 

Dos años después, no se vieron personalmente pero Aníbal Fernández se refirió a Santillán sin saberlo: acusó a los piqueteros, sus compañeros, por el asesinato de Santillán mientras felicitaba a sus verdaderos ejecutores: Fernández era Secretario General de la Presidencia de Eduardo Duhalde y uno de los voceros de la Masacre de Avellaneda...


Sólo con el tiempo, y para intentar lavar su verguenza y su complicidad discursiva con los crímenes y con el armado -probado- de la policía bonaerense, de la SIDE y del gobierno de Duhalde que él integraba, Aníbal Fernández inventaría la historia de que "conocía personalmente" a Santillán, por el sólo hecho de haber recibido una vez a una delegación piquetera que incluyó al joven Darío, de 19 años entonces, entre tantos otros delegados. Y llamó "ayudar con dinero" a la adjudicación de proyectos productivos que nuestros movimientos venían reclamando para "zafar" de la lógica clientelar y corrupta del manejo de "planes" por "listados" que era la única propuesta del ministro para controlar los reclamos de los nacientes grupos de desocupados. 


El periodista Granovsky reproduce una versión interesada y falaz, inventada por el propio Fernández hace años ya, que ofende la memoria de un joven luchador social que no puede desmentirlo porque el gobierno que Fernández integró ordenó la represión que lo fusiló por la espalda. Por lo que nos queda a nosotros, sus compañeros y compañeras de militancia, algunos de quienes estuvimos presentes en esa reunión ministerial del año 2000, otros tantos en la represión del Puente Pueyrredón junto a Darío, en el juicio junto a sus hermanos y su padre, desmentir tal canallada, proponer al periodista rectificar la versión, y sobre todo, cerca de cumplirse 10 años de aquellos fusilamientos de Darío y Maximiliano Kosteki -otro joven luchador que dio su vida por una sociedad mejor- hacer justicia en este caso con un hecho que ya es parte de la historia de todo nuestro pueblo y no merece ser tergiversado. 


Por eso, decimos:  


Quienes militamos con Darío Santillán, acompañamos en aquellos años sus luchas; quienes, más tarde, nos sumamos a la lucha por un mundo mejor recuperando su ejemplo, vemos hoy agraviada su memoria con esa desafortunada y ofensiva expresión y aclaramos que:

Darío Santilláncomo todos nosotros y nosotras, no "pedía ayuda" en ningún ministerio. Dio su vida combatiendo las injusticias, luchando contra los gobiernos hambreadores de entonces (como los de Ruckauf y Duhalde, y sus funcionarios como Aníbal Fernández); luchando junto a los y las excluidas con lo más valioso que tenía, nunca resignó y nos legó como ejemplo:  su DIGNIDAD.

"Un pueblo sin memoria está condenado a repetir su historia" 


A poco de cumplirse 10 años de los fusilamientos de Darío y Maxi,
con Duhalde, Oscar Rodríguez, Atanasof, Soria, Solá, Juanjo Álvarez, Matzkin, Vanossi, todavía impunes, Insistimos:

Juicio y castigo a los responsables materiales, políticos e intelectuales de la Masacre de Avellaneda


Darío, Maxi, todos los caídos en las luchas populares, presentes!


Por una plena y verdadera vigencia de los derechos humanos:
Aparición con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga 


Desprocesamiento de todos los luchadores populares y libertad a los presos políticos