A un año del 15M:
Tenemos que pensar…
Tenemos que pensar, tenemos que pensar, tenemos que pensar, seguir
pensando… tenemos que dar vueltas a estas ganas de cambiar las cosas,
tenemos que dar vueltas a la maraña de los imposibles para encontrar el
hilo que permite la continuidad… tenemos que seguir pensando. Tenemos
que hablar, hablar de nosotros, hablar de nuestras utopías
materializadas en actos, huir de las formas que ahora nos constriñen,
porque al final nos atrapamos, porque nos enseñaron a vivir en una forma
y al final acabamos reproduciéndola… y sólo se concluye que hay que
limpiar la plaza.
Tenemos que pensar, que salgan las ideas de forma espontánea, desde el instinto, desde la ingenuidad que surge cuando desterramos los cimientos del sistema en el que vivimos, no desde el niño, sí desde el adulto que abandona los esquemas aprendidos pero usa toda su experiencia para componer nuevas ideas. Tenemos que seguir pensando. Tenemos que actuar nuestros pensamientos, tenemos que hacer, hacer… tenemos que volar. Para ver desde arriba el panorama y analizar. Tenemos que cerrar los ojos y dejarnos llevar también por la intuición, somos seres que saben sobrevivir, por eso estamos aquí. Nuestro instinto también es sabio.
Tenemos que pensar, tenemos que pensar… ¿cuál es el siguiente paso?
Nos hemos levantado, hemos dejado de gatear… pues ahora es el momento de
caminar. Tenemos que abrir la mente. Dejar lugar para nuevos espacios,
ordenar las experiencias, las sensaciones, los sentimientos, todo lo
vivido… hay cajones que quedarán libres para rellenar. Tenemos que darle
vueltas. No puedo ni quiero quedarme con la sensación que hoy tengo de
desesperanza, de no saber, de estar otra vez esperando que alguien me
diga lo que hay que hacer. No era lo que sentí hace un año. No
necesitaba ni quería que me dijeran nada, lo creábamos entre todos.
Tenemos que pensar… qué hacer para que cada uno de nosotros vuelva a
sentir ese poder de crear pensamientos que se suman y se completan, esa
confianza en que el otro te dirá y tú dirás y al final la suma será una
creación espontánea.
Tenemos que pensar. No hay lugar para quedarse dormido. No hay lugar
para simplemente esperar a ver qué pasa como estábamos ayer todos en
Sol. No hay lugar para dejar pasar los días riéndonos de que si tal
comisión o tal otra… No hay lugar para decir “si acaso…” Tú lo sabes… tú
lo has visto… esto no puede quedarse en una nueva forma de ocio. Esto
no puede quedarse simplemente en una palabra “indignados” o “15m” que
nos agrupa como si de un club social se tratase, no puede quedarse en
una mera forma de juntarnos para poder hablar de nuestras cosas… eso es
la plaza del pueblo, el mercado, la escalera de los vecinos, el
ascensor, el parque. No puede ser sólo eso. Alzo mi voz, sí, grito,
protesto, me quedo, no tengo miedo. Creo en una vida diferente. Pero
todo eso ya lo he ganado. Ahora tengo que dar otro paso. Ahora tenemos
que seguir caminando. Hay que hacer la revolución dentro de la
revolución. Esa es la única forma de evolucionar.