Entrevista con John Paul Rodrigues, integrante de la coordinación nacional del MST: "2013 fue el peor año para la Reforma Agraria"
El año 2013 no deja nostalgias a los
“sin tierra” de todo el país. En cuanto a la lucha por la tierra, el balance es
positivo, ya que se llevaron a cabo manifestaciones, marchas y ocupaciones de
tierras y edificios públicos durante casi todo el año.
Pero en lo que se refiere a la política
de reforma agraria, casi nada se ha hecho, y en muchos casos el gobierno tuvo
la proeza de caminar hacia atrás. Estas son las opiniones de John Paul
Rodrigues, integrante de la coordinación nacional del MST, sobre la política
agraria impulsada por el gobierno federal durante el año 2013.
Como declaró Rodrigues, algo que
siempre ha sido malo en este gobierno logró empeorar aún más. "Hasta
ahora, sólo 159 familias fueron asentadas en todo el país. Es una vergüenza. No
pasan de 10, las propiedades expropiadas por el gobierno de Dilma. Peor que el
último gobierno militar del general Figueiredo, cuando se expropiaron 152
propiedades ", dice.
A continuación la entrevista:
- ¿Cómo califica la lucha por la tierra
en 2013, en un período de parálisis completo de la Reforma Agraria?
-A pesar de ser un año completamente
negativo en relación a la Reforma Agraria, los campesinos siguen firmes en la
lucha por la tierra.
En marzo, por ejemplo, establecieron un
campamento permanente en Brasilia durante tres meses, llevando a cabo luchas
permanentes en la capital federal, tales como marchas, ocupaciones de
ministerios y actos políticos.
En el mismo mes, se desarrolló la
jornada de las mujeres, cuando más de 10 000 campesinas se movilizaron para
exigir el asentamiento de 150.000 familias acampadas en todo el país, ocuparon
tierras, empresas de agroquímicos y edificios públicos, efectuaron marchas y
bloqueo de carreteras.
Inmediatamente después, en el mes de
abril, los “sin tierra” hicieron otra jornada de carácter nacional, con
manifestaciones en 19 estados, además del Distrito Federal. Nuevamente
bloquearon decenas de carreteras, ocuparon más tierras, edificios públicos,
ayuntamientos y realizaron marchas y actos políticos en todo el país.
En junio y julio, el Movimiento se sumó
a las manifestaciones que ocuparon las calles de las principales ciudades del
país e interrumpieron varias carreteras. En esta onda, la “juventud sin tierra”
organizó jornadas de lucha a comienzos del mes de agosto. A finales de este
mes, todo el Movimiento realizó, junto a las centrales sindicales, una
movilización nacional, huelgas y paralizaciones en las ciudades, mientras en el
campo interrumpíamos las carreteras.
En octubre, más de 12 estados se movilizaron
en torno a la Jornada Unitaria para la Soberanía Alimentaria, cuando una vez
más, la población rural promovió marchas, ocupaciones de tierras y edificios
públicos. Ese mismo mes, los niños sin tierra se sumaron la lucha en el campo,
destacando la necesidad de la Reforma Agraria, ocupando los ministerios y
departamentos estatales.
Todo esto sólo para hablar de las
luchas de carácter nacional, sin contar las luchas regionales en los estados. O
sea, decir que ya no hay más combates en el campo es una gran mentira.
- ¿Y dónde entra la cuestión de la
reforma agraria?
-Aquí es donde está el gran problema
con un saldo muy negativo. Este es el peor año de la Reforma Agraria. El
gobierno de Rousseff, que siempre ha sido pésimo en esta materia, podría empeorar.
Hasta ahora, sólo 159 familias fueron asentadas en todo el país. Es una
vergüenza.
No pasan de 10, las propiedades
expropiadas por el gobierno de Dilma. Peor que el último gobierno militar del
general Figueiredo, cuando se expropiaron 152 predios.
Otro grave problema es que el gobierno
federal está llamando a la "emancipación de los asentamientos",
otorgando el título de los lotes a los asentados. En la práctica, eso sirve
para que el Estado deje de tener responsabilidad sobre las familias. Pero lo peor
es que esta política va a crear una contra reforma agraria, ya que los grandes
hacendados pasarán a presionar a los asentados a que vendan sus lotes, poniendo
todo cuesta abajo y aumentando aún más concentración de la tierra en el país.
- ¿Y a que se debe esta dificultad de
avanzar en la Reforma Agraria?
-Podemos citar dos grandes cuestiones
cruciales. La primera es el hecho de que el gobierno ha sido tomado como rehén
por la Bancada Ruralista, la mayor del Congreso Nacional. Son 162 diputados y
11 senadores, sin contar la legión de adeptos de última hora.
Sólo para tener una dimensión del
problema, por más absurda que sea la agenda de este sector, está logrando salir
victorioso en todo, incluso en las propuestas inconstitucionales.
Podemos mencionar desde el
estrangulamiento absoluto del Código Forestal, pasando por la modificación de
la ley sobre el trabajo esclavo, el retroceso en la legislación relativa a la
demarcación de las tierras indígenas, la creación de una comisión especial para
liberar con mayor facilidad nuevos agrotóxicos - ignorando el trabajo de
evaluación ANVISA e IBAMA- y la liberación de nuevos cultivos transgénicos.
Ninguna de estas propuestas es de
interés de la sociedad brasileña. Todas responden exclusivamente a los
intereses particulares de este sector y están saliendo victoriosos. La Bancada
Ruralista es un cáncer del pueblo brasileño.
La otra cuestión es la ilusión del
gobierno en relación con el agronegocio. Las principales exportaciones de
productos básicos promovidos por este sector permiten al gobierno mantener la
política de generación sistemática del superávit primario, lo que garantiza el
destino de los recursos presupuestarios para el sector financiero, como los
pagos de intereses y servicio de la deuda, lo cual es lamentable.
Pero al mismo tiempo ha creado algunas
de las políticas públicas para la agricultura familiar y campesina.
En primer lugar, es muy importante
tener en cuenta que todas las políticas públicas son conquistas de las luchas
de los movimientos sociales. Luchamos para garantizar la compra de alimentos y
conquistamos el Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) y el Programa
de Adquisición de Alimentos (PAA). Luchamos por la educación en el campo y
conquistamos el Programa de Educación Nacional de la Reforma Agraria (Pronera).
Luchamos por la agro industrialización
de nuestra producción, y conquistamos el Programa Terra Forte. Luchamos por
otro modelo de agricultura, y conquistamos el Plan Nacional de Agroecología y
Producción Orgánica – Brasil Agroecológico. Esto sólo para señalar algunos
ejemplos.
Sin embargo, consideramos que si bien
estas medidas son importantes, también tienen sus límites. Son muy
desproporcionadas en comparación con las inversiones en el agronegocio. Para
tener una idea, el Plan Cosecha 2013/2014 de la agricultura familiar representa
poco más del 20 % en comparación con lo que se destina al agronegocio.
Además, contamos con esas políticas de
hoy, pero nada nos garantiza que podemos contar con ellas mañana. Un simple
cambio de gobierno, por ejemplo, puede acabar con todas nuestras conquistas.
-¿Qué es necesario hacer entonces?
-Es necesario dar prioridad a la
agricultura familiar y campesina, y no tratarla como algo secundario. El
gobierno debe entender que la única solución a la pobreza es una extensa
Reforma Agraria, creando miles de puestos de trabajo en el campo. Si esta no se
lleva a cabo, habrá un crecimiento desmesurado de los principales centros
urbanos y de los barrios pobres en los suburbios periféricos de las grandes
ciudades.
O sea, cambiar la lógica y la
estructura de la producción agrícola en Brasil. La FAO misma ha reconocido que
la única salida de la crisis ambiental y la garantía de la soberanía
alimentaria es la agricultura familiar. Quién dijo eso fue José Graziano,
director de la FAO. Tanto es así que el 2014 ha sido declarado por la ONU como
el Año Internacional de la Agricultura Familiar.
- Pero ¿por qué los dos modelos de
agricultura no pueden conciliarse?
-Son modelos que contrastan en su
lógica y esencia. La codicia del agronegocio, con sus gigantescos recursos
económicos, impide otro tipo de agricultura, pues siempre buscará incorporar la
tierra de los campesinos y los recursos naturales a su modelo de producción de
“commodities”.
Para tener una idea, en las dos últimas
décadas más de 6 millones de personas fueron expulsadas del campo brasileño por
el agronegocio. ¿Y donde se fueron? A los barrios pobres de los centros
urbanos. El agronegocio no genera empleo, ya que más del 70 % de la mano de obra
en el campo pertenece a la agricultura familiar, y se apropia de las pequeñas y
medianas propiedades agrícolas, ya que la concentración de la tierra en Brasil
sigue aumentando año tras año.
En el ámbito de la producción de
alimentos básicos de la población brasileña, la situación también es muy grave.
De 1990 a 2011, las superficies plantadas de alimentos básicos como el arroz,
los frijoles, la yuca y el trigo disminuyeron entre un 20 a un 35%, mientras
que los productos nobles del agronegocio, tales como la caña de azúcar y la
soja, se han incrementado en un 122% y 107 %. Y todo orientado a la
exportación. Vamos a tener que importar arroz y frijoles a China. Esto es
alarmante.
-En febrero de 2014, el MST realizará
su 6 º Congreso Nacional. ¿Qué pretende el Movimiento con esta actividad?
-En el evento vamos a consolidar
nuestra propuesta en torno a la Reforma Agraria Popular. Ahora más que nunca,
la Reforma Agraria es urgente y necesaria. Sin embargo, es una Reforma Agraria
de nuevo tipo, a la que denominamos popular.
Entendemos que la reforma agraria ya no
es sólo una política nacional para la población rural. Ella es urgente y
necesaria para toda la sociedad en su conjunto.
Si queremos comer un alimento lleno de
veneno que nos va a dar cáncer, si queremos cultivar una producción que
destruye el medio ambiente y contribuye a la crisis climática, expulsa a los
campesinos del campo aumentando la población pobre de las grandes ciudades,
entonces, de hecho, la Reforma Agraria, no es necesaria.
Pero si, por el contrario, queremos un
modelo productivo que concilie la producción con la preservación del medio
ambiente, que el pueblo brasileño tenga alimentos sanos y sin pesticidas , que
la miseria y la pobreza dejen de existir en nuestro país , entonces la reforma
es ahora más necesaria que nunca.
Por lo tanto, tenemos que demostrar su
importancia para la sociedad, para que el conjunto de la clase obrera ayude a
la realización de la Reforma Agraria Popular, que sólo será posible con una
amplia reforma en el sistema político.
- ¿Y cuáles son las perspectivas de la
lucha para el próximo período?
-En este último período, construimos y
ampliamos la unidad de todos los movimientos sociales del campo, con los ojos
puestos en un programa agrario que realmente interese al pueblo brasileño. Y
eso tiende a fortalecerse cada vez más.
Junto a esto, aumentan las evidencias
de las contradicciones del modelo del agronegocio, como la destrucción del
medio ambiente, el uso masivo de pesticidas y la inseguridad de los precios de
alimentos.
Además de eso, como resultado de las
grandes luchas del año 2013, las organizaciones sociales construyeron el
Plebiscito Popular por una profunda reforma política en 2014, lo que permitirá
cambiar radicalmente el panorama actual. (Traducción: ALAI)