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Mostrando las entradas de junio, 2014

Moñas proletarias

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por Mauricio Bruno No sabía qué significaba odiar, pero a los cinco años ya odiaba a Maradona. Recuerdo como si fuera ayer la final del Mundial de Italia 90, las lágrimas del Diego y mi alegría ante la derrota argentina. El sentimiento me acompañó durante toda la infancia y sólo se mitigó un poco cuando, a comienzos de 1997, hubo fuertes rumores de que el Diego venía a Peñarol. Cual si fuera un adolescente en proceso de sinceramiento acerca de su sexualidad, la noticia me generó sentimientos ambiguos. Por un lado, aborrecía la posibilidad de que ese argentino falopero, fantasma y terraja viniera a romper la armonía del club de mis amores. Pero, por otro, una pasión reprimida me hacía desear verlo con la amarilla y negra. Con el tiempo salí del clóset y admití abiertamente que amaba a Maradona. Era el mejor, el único, era todo lo que los demás no, la razón por la cual no podía empatizar con los ídolos uruguayos, los Bengoechea o los Francescoli, que en la comparación descar

Literatura Argentina

Perder la forma humana: entrevista a Suelly Rollnik

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por Verónica Gago La poética del Indio Solari tituló una obra colectiva, expansiva y ambiciosa: Perder la forma humana (MUNTREF). Cada una de esas palabras –perder, forma, humana- convocan una sonoridad múltiple, casi como un mantra que en su repetición pierde un sentido y gana variaciones insospechadas. En este caso el ritmo es, sobre todo, sísmico. Esa es la idea-fuerza de la Red de Conceptualismos del Sur, el grupo de investigadorxs y curadorxas a cargo de volver a poner en escena los años 80 en América Latina justamente desde esa perspectiva: un temblor, un movimiento, un rugido y también la desesperación que acompaña la conmoción del suelo.  Una segunda idea-fuerza es la de cuerpo: colectivo, individual, compuesto, poético, sexuado, combativo, entramado a una geografía y sensible al temblor. Un ¨cuerpo vibrátil¨ dirá la filósofa brasileña SuelyRolnik, co-autora junto con Félix Guattari, del libro Micropolítica.Cartografías del deseo   (Tinta Limón) y fundadora de la R

Perder la forma humana: entrevista a Ana Longoni

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por Verónica Gago Ana Longoni es Doctora en Artes en la UBA. Es escritora e investigadora y una de las curadoras de “Perder la forma humana”. En una visita guiada para algunxs pocxs invitadxs, mientras se ve el río marrón de fondo, explica que la hipótesis con la cual empezaron a trabajar fue dividir en cuatro zonas las modalidades por las cuales el arte y la política en América Latina durante los años 80 entraron en relación: activismos artísticos, espacios underground, desobediencias sexuales y redes y solidaridades. Pronto esa división se mostró insuficiente: “nos dimos cuenta que era mejor enfocar las conexiones, resonancias, modos de hacer comunes, más que los territorios estancos”. Fue por eso que optaron por buscar por otro lado, por “conceptos transversales, muchos acuñados por los protagonistas de las prácticas, no introducidos por la teoría. Tampoco delimitamos por zonas nacionales. Hay incluso temporalidades distintas, entre países que están en dictadura y países

La FIFA, esa gran mordedora

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por Fernando Barraza (Plottier, Patagonia Argentina) No alcanzo a entender si el que Teodoro Boot en Un prócer sorprendente  está más enojado con Suárez o con los que no consideramos tan grave lo que Suárez hizo. En todo caso -más allá de los motivos de "indignación" que genera este escrito- varias de los postulados "equilibrados" que se proponen son bastante desequilibrados. Decir con cierta socarronería que se tiñe de discurso anti-imperialista la crítica a la sanción es, por qué no, desentenderse alegremente de las estrategias totalitarias de la FIFA. Usar la ironía en este caso es bastante fácil, lo difícil es no quedar entrampado en el doble discurso moral que ellos proponen: una mordida en la cancha es más grave que la imposición rigurosa de un calendario de futbol a cada continente, avalar sin tapujos a Mussolini, hacer que Chile juegue un partido sin su rival enfrente (guglealo) para sostener la ideología pinochetista, vivir en una connivencia ej

Un prócer sorprendente

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  por Teodoro Boot La sanción de la FIFA al delantero uruguayo Luis Suárez disparó innumerables polémicas y, como no podía faltar, no menos apelaciones anti imperialistas o casi. Casi, porque una cosa es meterse con la FIFA y otra algo diferente con el FMI, la OTAN o el Club de París. Pero bueno, la intención es lo que vale. ¿Qué pasó con Luis Suárez? ¡Uf! Le mordió el hombro a un italiano, encima, flaco. Aclaremos, antes que nada, que Suárez es un extraordinario delantero, la “carta salvadora” de la selección uruguaya de fútbol (la larga aclaración “selección uruguaya de fútbol” viene a cuento de que, en tren de síntesis y brevedad, el autor de estas líneas había estado a punto de escribir “del Uruguay”). Recapacitando, advirtió que Uruguay es mucho más que “la selección uruguaya de fútbol”. Pero Luis Suárez es un muy peligroso delantero, dicho lo de “peligroso” sin doble intención. Hace goles, que es lo que importa. Uno, que no sabe nada, se preguntaba en

Antropología: Luis Suárez

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La mordida del uruguayo Suarez hace trabajar a los creativos   por Pablo E.Chacón La comparación entre los osos grizzly que supo filmar el cineasta alemán Werner Herzog en su documental Grizzly Man , donde se recupera la memoria del ecologista Timothy Treadwell, atacado y comido por uno de esos animales en 2003, y la mordida, tercera en su carrera, del futbolista uruguayo Luis Suárez contra un jugador italiano en el Mundial que se disputa en Brasil -por la cual fue suspendido durante cuatro meses- acaso resulte una exageración. Treadwell pretendía advertir con su cercanía a los osos el estado de desamparo y las posibilidades de su extinción. Pero, incluso advertido por los guardaparques, se introdujo en los bosques junto a su novia, Amie Hughenard, con cámaras de foto y de video. Ambos corrieron la misma suerte: resultaron masticados sin piedad por los grizzly, al parecer poco interesados en la filantropía humanista. Eso sí: quedaron los aparatos, de los que el rea

La Mirada del Jaguar, de Eduardo Viveiro de Castro: Booktrailer

Las entre(re)vistas que componen el libro son, encialmente, artículos académicos en formato dialógico y en un lenguaje un poco más relajado que el habitual, sobre el perspectivismo amerindio, el multiculturalismo, Lévi-Strauss, las máscaras, wikiescritura, Latour, Gil, Brasil, desarrollismo y extractivismo, la antropología, Guimaraes Rosa, jaguares, buitres y jabalíes. "Conocer, para nosotros, es des-subjetivar tanto como sea posible. Yo diría que lo que mueve el pensamiento de los chamanes, que son los científicos de los indios, es lo contrario. Conocer bien alguna cosa es ser capaz de atribuir el máximo de intencionalidad a lo que se está conociendo. Cuanto más soy capaz de atribuir intencionalidad a un objeto, más lo conozco. El bueno conocimiento es aquel capaz de interpretar todos los elementos del mundo como si fuesen acciones, como si fuesen resultados de algún tipo de intencionalidad. Seamos subjetivos, o no vamos a entender nada".

"La filosofía no es una disciplina, es una intensidad". Entrevista a Giorgio Agamben

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por Álvaro Cortina Los eclécticos ensayos del filósofo romano   Giorgio Agamben   (1942) tienen algo de abrumador.   Sus exhaustivos desgranamientos etimológicos son algo más que una precaución filológica, son un gesto, una retórica estilística propia . Sus incontables referencias, lo exótico, lo variopinto, lo inesperado, lo amplísimo de su cultura lo convierten, en el terreno de la cita con nota a pie de página, en lo que en pianística se diría un   virtuosso . Sus obras nos pueden llevar de un oscuro poeta medieval a los cuentos de Kafka, desde los Padres de la Iglesia a un lingüista contemporáneo ruso,de unas disquisiciones cabalísticas nos podría trasladar, con fluidez, al pasaje de una carta de Walter Benjamin (a quien ha editado y traducido). Citas de un lexicógrafo alejandrino del siglo V, de Jung, de Platón, de Schelling, de Orígenes o de Arendt pueden salirnos al paso en unas pocas páginas agambenianas, que parecen cristalizar un caudal erudito inagotable. Innúmeros