Todos matan la política (por suerte está Carrió)
por Diego
Valeriano
Los
kirchneristas de paladar negro deliraron en un acto que solo sirvió para
confirmar lo malos que son para el kirchnerismo. Cada gesto, cada palabra, cada
consigna arrojada al aire era una pobre confirmación de la muerte de la
política. Me dio lástima por Axel, espero que no lo haya visto. Pobre chabón,
romperse los cuernos discutiendo con los fondos buitres, con Griesa, con la UIA. Llegar a la casa
destrozado, prender la tele y ver a D’elia o a Mariotto hablando de “Patria”, “soberanía”,
“imperialismo” y esas cosas. Es injusto, muy injusto (¿habrá ido Maccia al
Luna?)
El troskismo
está de parabienes. Es un adolescente con novia nueva con cada conflicto obrero
que hay en la Panamericana.
La palabra “lucha” brota así de fácil y, para suerte, tienen
difusión en los medios que están de pija con el gobierno. Hay veces que “Prensa
Obrera” y “Clarín” titulan casi, casi igual. ¡Qué lindo debe ser hablar en
nombre de los trabajadores! Eso es la política: hablar siempre de otros, ¿no?
El peronismo: la
única fuerza que se solidariza con los vencedores, espera. Paciencia y
disciplina, como les dijo Vladimir. Falta mucho y espera.
Los de FAUNEN
parece que se unieron para no morirse solos, como esos animales que están a
punto de extinguirse y, por un llamado de la naturaleza, se juntan en un valle
determinado a esperar la muerte. Todo tipo de cajetillas gorilas se lamen entre
sí a esperar el pronto desenlace.
Pero por suerte
está Carrió. Loca, desquiciada, irreverente y disruptiva. Siempre penetra con
algo nuevo para mostrar que no todo es lo mismo en la política. Ahora lo dejo
pagando al pobre de Pino y, además, le dijo que no la corran por izquierda. No
cuida las formas, es poco confiable para el establishment, juega con el fondo y
los modos. Encarna la mejor tradición de la singularidad política. Esa que
marca la historia. Poeta maldita, vanguardista, traidora de acuerdos, femme fatale, más odiada que amada. Pero,
al fin de cuentas, imprescindible e irreemplazable a la hora de hablar de La Política.