La Universidad del Salvador, Bergoglio, Guardia de Hierro y Massera // Carla Torres


“Quiero agradecer a la Armada, el otorgamiento de esta importante distinción por parte de las autoridades de la Universidad del Salvador, distinción que he aceptado exclusivamente en la seguridad de que no se trata de un homenaje personal sino un homenaje a la Fuerza que tengo el honor de comandar”. 

Emilio Massera, al recibir la distinción Honoris Causa en la Universidad del Salvador
En la entrevista realizada a Alejandro Tarruella en el programa radial Basta de Zonceras, el autor excluye a Bergoglio de la agrupación peronista de derecha “Guardia de Hierro” y redobla la apuesta explicando cómo Guardia no era, en verdad, de derecha. No menciona en la entrevista la posible vinculación de Bergoglio con la mención Honoris Causa que se le entregó a Massera el 25 de Noviembre de 1977.
¿Por qué la Universidad del Salvador ha sido tan esquiva ante el pedido de desagravio de esta mención? El Honoris Causa sintetiza y (refutaría) dos hechos que Tarruella comentó en el programa radial: Que Bergoglio no estuvo vinculado a Guardia de Hierro y que sólo hubo un episodio al respecto, que se relacionó con el desligue que la Compañía de Jesús realizó de sus instituciones educativas en los años 70. Para comprender la importancia de Bergoglio en la historia de Guardia de Hierro y en la Universidad del Salvador, debemos repasar el primer hecho del cual forma parte: el traspaso de jesuitas a guardia de hierro.
La Universidad del Salvador estuvo a cargo de la Compañía de Jesús hasta el año 1973. Dejó estarlo bajo la gestión de Bergoglio como provincial y Camargo (luego Vicerrector). Bergoglio era el provincial de la Compañía cuando recibió la orden por parte de Pedro Arrupe, indicándole que la compañía de Jesús estaba en quiebra y era absolutamente necesario que se desprendiera de todos sus bienes. Estalla así, un conflicto entre Bergoglio y los jesuitas, para quienes la Universidad del Salvador era un bastión de la educación progresista y jesuita. Todo indicaría que el peso que Bergoglio tenía en la Compañía de Jesús no era el de un mero cumplidor de órdenes. Las declaraciones del ex cardenal hacia 1974 para concretar el traspaso fueron sobre la “continuidad del espíritu jesuítico: lucha contra el ateísmo, avance mediante el retorno a las fuentes y universalismo a través de las diferencias".
“Universidad del Salvador con la reconstrucción nacional”
Partiendo de una intensa actividad política y también académica, en 1973 asumió el decanato de la Facultad de Ciencias Sociales, el jesuita y sociólogo Cesar Sánchez Aizcorbe, luego de la salida de Carlos Floria en medio de un presunto conflicto ante los inminentes cambios en los planes de estudio. Aizcorbe tenía una intensa actividad política y su secretario era Adolfo Nelson Fontanella (desaparecido el 23 de Noviembre de 1978), estudiante de ciencia política, presidente de Acción Católica e integrante de Montoneros. Las agrupaciones peronistas de la Universidad habían apoyado la designación de este nuevo decano con entusiasmo. Existe un quiebre en el paradigma, en el mundo interno de la universidad, cuando se publica en 1959 el Concilio del Vaticano II. Se produjo una disputa dentro de la iglesia con un ala más progresista de izquierda y un ala de derecha. Esta disputa eclesiástica se vio reflejada y golpeo de lleno en la Universidad del Salvador.
La agrupación Bases Peronistas de la Universidad del Salvador se había convertido en una rama de la Juventud Universitaria Peronista. Los antecedentes poco eran de un estudiantado manso: los alumnos se habían movilizado ante el Rodrigazo, se habían solidarizado con la noche de los bastones largos, y las acciones no daban signos de punto final. El traspaso de la Universidad también fue un efectivo método para su despolitización. La asociación civil que asume la conducción de la Universidad estaba compuesta por cuadros de Guardia de Hierro, entre ellos, el rector Francisco Piñón.
El traspaso: desactivar la Universidad y preparar la llegada del golpe
Cuando el traspaso fue consumado muchos estudiantes comienzan a dejar la facultad. Bajo la gestión de Guardia de Hierro, agentes del batallón 601 se infiltraron en las Facultades. Guardia de Hierro acelera su ingreso a la Universidad del Salvador durante el gobierno de Isabel Perón y el auge de la Triple A.
No es casual que el traspaso se haya realizado en los albores del Golpe de estado: La tarea era desactivar la Universidad del Salvador como célula política, ámbito de militancia y formación, así como semillero de cuadros dirigenciales de las organizaciones juveniles de aquel momento. Lo logran: Hacia 1977, la Universidad había perdido gran parte de estudiantes, se había desactivado gran parte de su militancia y muchos, inclusive los Centros de Estudiantes, habían pasado a la clandestinidad. Luego del golpe de estado la Universidad comienza a tener diálogos con la fuerza naval, que estaba a cargo de Emilio Massera. 
Tampoco es nueva la información que se pueda aportar sobre los vínculos de Bergoglio y Guardia de Hierro, en especial cuando la documentación oficial de la Universidad sobre sus vínculos con Massera jamás conoció la luz y existen numerosos autores que ya han analizado esta temática, pero si se puede (y se debe) realizar otra lectura a la luz de ciertos acontecimientos que vivimos como alumnos y como parte del Centro de Estudiantes, también como egresados que han tenido la oportunidad de sentarse a negociar demandas en el mismo rectorado en que la serie “Francisco” ubica a un joven Bergoglio atosigado por lo situación política argentina.
En el año 2011, desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador se decidió realizar un homenaje a los alumnos, egresados y docentes detenidos-desaparecidos durante la última dictadura. Creemos fehacientemente que la resistencia del rectorado a abordar temas vinculados a la dictadura era notoria: Bergoglio no era Papa aún, y la Universidad no tenía intenciones de asociar al cardenal y a sus directivos con el golpe. 
La Universidad nunca efectuó ningún homenaje ni reconocimiento institucional a los alumnos y egresados detenidos-desaparecidos que el Centro de Estudiantes rastreó como pertenecientes a nuestra casa de estudios gracias a la ayuda de Madres Línea Fundadora, CONADEP y el testimonio de docentes: Jorge Alberto Money, Pablo Lepiscopo, Cristina Turbay de Casariego, Mónica Pites, Ricardo Emilio Riobó, José Luis Casariego, Graciela Gonzalez Marelli de Duarte, Roberto Carri,  Esperanza de Cacabelos de Salcedo, Beatriz Perosio, Susana Mujica,  Cristina Fernández de Colomer, Juan Carlos Cuestas Anzorena, Ricardo Néstor Tajes García, Adolfo Nelson Fontanella, Pablo Basilio y Carlos Adolfo Surraco Britos, Gustavo Gaona, Laura Susana Di Domenico, Nélida Cattoni, María del Carmen Sabino Vidal, Carlos Raúl Pargas Fleitas, María Marta Vásquez, Mónica María Candelaria Mignone. 
Luego del homenaje decidimos dar el siguiente paso: elevar una solicitud de quita y desagravio de aquel hecho que la Universidad no logra desenterrar de su historia y que los medios rememoran en algunas ocasiones: El honoris causa a Emilio Massera que la institución, bajo la conducción de Guardia de Hierro, entregó al genocida el 25 de Noviembre de 1977. La Universidad esquivo el tema, lo minimizó y cuando la periodista de Tiempo Argentino María Sucarrat los consultó al respecto para su nota del 24 de Noviembre de 2012: se conoce el hecho, pero no hay información. La postura dominante siempre fue el silencio sepulcral: ¿cuidando la imagen de Bergoglio? Quien dice USAL dice Guardia de Hierro, y quien dice Guardia de Hierro dice Bergoglio. El resto, es vox populi.
La Universidad siempre ha declarado la falta de documentación al respecto y de allí deriva la supuesta imposibilidad entonces, de proceder con el desagravio. El Centro de Estudiantes recibió una respuesta similar a la que recibió la periodista Sucarrat: “No tenemos nada sobre el Honoris Causa”. Esta misma falta de documentación es la que siempre nos impidió, formalmente, comprobar con total certeza la participación de Bergoglio pero no nos dificulta ejercer la memoria en cuanto la historia de nuestra Universidad se trata. Esta avergonzante mención se entregó el 25 de Noviembre de 1977, en donde funcionaba la Facultad de Psicopedagogía de la Universidad. El mismo año secuestron a tres de sus estudiantes Gustavo Gaona, María Cristina Fernández Colomer y Graciela Marelli.
[fuente: http://www.agenciapacourondo.com.ar/]